6 hábitos que tus hijos menores no deberían tener
Los hábitos se aprenden con las acciones repetitivas. Fomenta en tus hijos buenos hábitos y no tendrás que preocuparte por su futuro.
La mayoría de los padres sabemos la importancia de fomentar buenos hábitos en nuestros hijos pequeños, porque les permitirán desarrollarse en muchos aspectos de su vida. Los hábitos son conductas repetitivas que realizamos de manera automática, es decir, sin pensar.
Formar buenos hábitos no es una tarea sencilla ya que implica mucha supervisión de los adultos para que estos sean aprendidos, pero una vez que los hijos los aplican, harán la vida de los padres más despreocupada porque tendrán la certeza que sus hijos podrán empezar a cuidarse por sí solos.
Los hábitos gestionan habilidades en su autonomía e independencia, que les permitirán enfrentarse a la vida cotidiana sin necesidad de pedir ayuda. Es decir, los niños pequeños podrán tener mayor seguridad y confianza en sí mismos al realizar las cosas que quieran o se les pida.
Por ejemplo, tener un horario fijo para dormir, lavarse las manos o los dientes, hacer la tarea, jugar, entre otras cosas, son hábitos que los hacen ser más independientes de los padres y a ser más responsables.
A pesar del gran esfuerzo que hacemos los padres para que estos buenos hábitos sean aprendidos por nuestros hijos pequeños, algunas veces nos equivocamos, ya que olvidamos ser estrictos y nos gana el ser flexibles y permisivos al aplicar algunas reglas o límites ya establecidos.
Una buena razón para generar hábitos
Tener buenos hábitos no solo les permitirá a los niños formar una buena autoestima, seguridad y confianza en sí mismos, sino que también les ayudarán a fortalecer las relaciones sociales, lo que podrá asegurar su éxito al ser adultos. Es decir, teniendo una estabilidad emocional en sus relaciones, una estabilidad laboral y financiera, entre otras cosas.
Ahora bien, no importa si has cometido errores en cuanto a ser demasiado flexible en exigirles a tus hijos aplicar los buenos hábitos. Según Ann M. Graybiel y Kyle S. Smith en su artículo “How the Brain Makes and Breaks Habits”, estos se pueden modificar y cambiar actuando de forma automática.
¿Cuáles son los hábitos que se pueden modificar fácilmente?
1. Dejar que se desvelen
Todos los niños deben tener un horario fijo para irse a dormir. El descanso les permitirá tener más energía para rendir de manera eficiente en su día a día. Además que las horas de sueño permiten que el cerebro procese la información que almacena produciendo las sustancias químicas que necesita para funcionar, lo que quiere decir, que tendrán mejor concentración y memoria.
También los niños tendrán mejor humor en su estado de ánimo, por lo que se sentirán felices y contentos la mayor parte del día. Incluso es probable que corran menos riesgos de contraer enfermedades.
2. Pasen mucho tiempo jugando videojuegos o viendo televisión
El tener una vida sedentaria es perjudicial para la salud. Por lo regular provoca aumento de peso y otras afecciones. Por ello es importante regular y controlar el tiempo que los hijos pasan jugando frente a estos dispositivos electrónicos, ya que todo en exceso es perjudicial.
Motiva a tus hijos a tener otro tipo de diversión y distracción; tal vez saliendo a andar en bicicleta, jugar con la pelota o sus juguetes; la idea es que se mantengan ocupados para que no tengan mucho tiempo libre.
3. Decir malas palabras
Sabemos que los niños aprenden con el ejemplo que le dan sus padres, pues son nuestro vivo reflejo. Sin embargo, las malas palabras las pueden aprender del colegio o de algún programa de televisión, es algo que no siempre se puede controlar.
Pero fomentar el hábito de no decir groserías es importante, ya que los niños se acostumbrarán a no decirlas. En este hábito también se trabaja con las emociones, enseñar a los hijos a controlar sus emociones negativas les será de mucha ayuda para fortalecer sus relaciones sociales.
4. Tener desordenada la habitación
La imaginación de los niños no tiene límites. Es por ello que siempre sacan todos sus juguetes para crear aventuras inimaginables y fantásticas. Sin embargo el desorden genera caos, inclusive contrayendo problemas en la salud física y emocional.
Si eres firme en fomentar este hábito tus hijos aprenderán de la limpieza, el orden y se sentirán con mejor estado de ánimo. Se convertirán en personas más productivas, eficientes y rendidoras; podrán concentrarse mejor en sus estudios y realizarán las cosas más rápido.
5. Higiene
Es fundamental que los niños aprendan de higiene para mejorar su salud física y así evitar que se enfermen con frecuencia. Bañarse diariamente, lavarse las manos antes de alimentarse y después de jugar, lavarse los dientes; son algunos hábitos fundamentales que se deberían aplicar diariamente.
Evita ser complaciente al dejar que estos hábitos de higiene no se cumplan correctamente, ya que así estarás más tranquila al tener la seguridad de que tus hijos siempre cuidarán de su salud.
6. Comer comida chatarra
Algunos estarán de acuerdo conmigo al decir que la comida chatarra es deliciosa, las papas fritas, las hamburguesas, los dulces y demás. Pero la realidad es que este tipo de alimentación es muy perjudicial para la salud. Por ello es importante fomentar el buen hábito alimenticio y así evitar graves consecuencias.
Si los niños aprenden que la comida chatarra solo se come en ciertas ocasiones y no diariamente, estarás contribuyendo en fortalecer su salud física y mental.
Los hábitos se aprenden con las acciones repetitivas, así será más sencillo que tus hijos las apliquen en su vida cotidiana. Procura ser firme al establecer las reglas y límites, así lograras tus objetivos más fácilmente.