La autoestima se construye a través de un proceso de interiorización que se va creando a lo largo de toda la vida. Por eso, no cometas estos errores para que tu hijo forje una autoestima sana.
Carlitos corre a toda prisa al verme, trae en sus manos un trozo de papel arrugado lleno de colores: “¡Mira te hice a ti y a tus gatos!”. “¡Que belleza! déjame ver tu dibujo” —le digo mientras me inclino a darle un beso. “Deja a la psicóloga tranquila, eso es un mamarracho”, —le dice su abuela y le saca de un tirón el dibujo. Respiro profundamente y, con una breve oración en mi mente, invoco la paz y la sanidad de las heridas emocionales de ese niño. Le pido a Carlitos que me traiga sus cuadernos y me quedo conversando con su abuela.
La madre de Carlitos se suicidó hace años bajo el efecto de las drogas y su padre es un adicto ausente que no tiene ni idea de la maravilla de hijo que ha podido engendrar. Carlitos tiene problemas de aprendizaje, su inteligencia está acribillada por el dolor. Ante la escena anterior, decido dejar de trabajar con Carlitos por unas semanas y me enfoco a hacerlo con la abuela; le propongo un plan nuevo de trabajo para que ambos puedan ser felices.
Cada hogar es un gran espejo donde los niños se ven reflejados en claras imágenes de seres talentosos y llenos de habilidades o, por el contrario, en reflejos de incapacidades y carencias. Cuando comencé a trabajar con Celia —la abuela de Carlitos—, me di cuenta que ella no tenía ni idea que de ese modo Carlitos no iba a salir adelante, sino que por el contrario, iba a resultar dañado para siempre en su autoestima. Celia no era una mala persona, pero no sabía que, sin querer, estaba dañando a quién más amaba. Por lo que poco a poco aprendió a dejar de lado estos cinco errores:
1. Confundir ser con estar
Los niños tienen tendencia a definirse a sí mismos de acuerdo al estado de ánimo que sienten en determinado momento, como si ese aspecto fuera la totalidad de su ser. Si a tu hijo una tarea no le sale, decirle: “Cuidado porque no eres listo con las matemáticas”, puede hacer que se paralice y en vez de intentar resolver la tarea, quede hundido en la emoción de parálisis que le genera el no saber afrontar esa situación. Si cambias la forma en la que respondes ante sus dificultades, el sentimiento: “Soy un inútil, los deberes son muy difíciles para mí”, se transformará en: “Los deberes son difíciles, pero yo puedo realizarlos aunque me fastidie hacerlos”.
2. No darle lugar al error
Equivocarse es parte del proceso de aprender, pero si constantemente tus hijos sienten que no pueden fallar, pronto el temor a equivocarse será el motor que los impulse a no creer en ellos mismos, lo que bloqueará su capacidad creativa. Cuando los niños crecen con la idea de que cometer un error es algo peligroso, habrá pocas probabilidades para que se aventuren en nuevos emprendimientos y desafíos.
3. Poca valoración de sus logros o exigencia extrema
¿Te has preguntado de dónde va a obtener tu hijo su valor personal, si este no proviene de ti? Ten presente que por pequeños que sean sus logros, es muy importante celebrarlos y hacer sentir a tu hijo que valoras sus esfuerzos y que estás orgullosa de sus resultados.
4. Nunca es suficiente
Este es uno de los errores que más dañan a los niños y que se manifiesta en frases como: “Podrías haberte esforzado más” o “La próxima trae mejores notas”. El temor a no cumplir con las expectativas paternas puede ser tan doloroso, que muchos adultos todavía sienten que son unos fracasados por no haber logrado algo que sus padres esperaban de ellos. La sobre exigencia que excede las propias capacidades de los niños, no hace otra cosa que generar cuadros depresivos contundentes.
5. Desvalorización por ciertas ineptitudes
Cuando un niño siente que por no poder hacer algo concreto no es valorado ante tus ojos, su mundo emocional comienza a desmoronarse. Frases como: “Mi hijo es un tronco para los deportes”, puede ser tan hiriente como una paliza que lo desfigure de por vida. No todos los niños tienen que ser Diego Forlán, una falla educativa en este aspecto no conduce a otra cosa que un niño desvalorizado y un futuro adulto infeliz.
La autoestima se construye a través de un proceso de interiorización que se va creando a lo largo de toda la vida, por eso ten cuidado de no cometer estos errores, para que así tu hijo forje una autoestima sana.
Fuente: M.Martinez Aguirre/Uruguay